Castellón, década de los 90 del pasado siglo. Una chica desaparece de madrugada, meses más tarde su cuerpo es hallado por un cazador. En paralelo a este suceso, aparecen tres cadáveres de mujeres en avanzado estado de descomposición. Las tres ejercían la prostitución en las carreteras de la comarca. Sin pistas sobre los asesinatos la investigación se complica cuando otra chica desaparece y en la provincia se desata el pánico ¿Cuántos asesinos andan sueltos? La teoría del círculo de Canter será determinante para esclarecer los hechos.
Barcelona, enero de 2003. En el garaje de una finca de la zona alta aparece el cadáver de una mujer brutalmente asesinada. El asesino se ha llevado el bolso. En un principio parece un robo con violencia. Pero 11 días más tarde en el mismo parking otra mujer es hallada muerta en similares circunstancias. ¿Es un crimen consecuencia de un error o el asesino busca otra cosa de sus víctimas?
En verano de 2003, aparecen cucarachas en una vivienda del popular barrio del Real. La familia que allí habita, un matrimonio con dos hijos, ordena una fumigación industrial para acabar con esa repulsiva plaga. Al poco, el padre de familia empieza a encontrarse mal y acaba por fallecer. El capítulo desvelará si realmente es el insecticida la causa de la muerte o tal vez la vivienda oculta otros males más terribles. En esta investigación se entremezclan personajes que poco a poco irán desvelando los tremendos secretos de la familia, como la presencia de una niña del pasado que observa a su padres tomando una limonada durante una tarde de verano, una adolescente aficionada a los chats de Internet o un carnicero que abastece regularmente a la familia con los productos de su tienda. En ‘El caso Ballesteros’ los acontecimientos se precipitan y desembocan en un final. A modo de testigo excepcional, la periodista de TVE Vanesa Benedicto está presente en los momentos cumbres de la investigació
El quinto y último capítulo de Ciencia forense se centra en una noche de junio de 2005, cuando dos jóvenes aparecen brutalmente asesinados en la casa de una de ellas en Càlig (Castellón). Ella es una chica que emigró desde Cuba unos años atrás; él es un amigo que la ha acompañado a casa porque su coche se ha averiado. Ambos aparecen maniatados y con dos tiros en la cabeza. Los criminalistas de la guardia civil lo tienen claro: han sido ejecutados, pero ¿por qué? Sin indicios y sin móvil, la investigación sólo tiene un hilo del que tirar: la ceniza de un cigarrillo en el marco de una ventana.