María lleva tiempo tomando malas decisiones. Tras una noche de mierda María se siente mal y humillada, decide llevarse al límite que la noche no puede acabar ahí, coge lo que le queda del gramo de cocaína que ella misma había pillado horas antes y continúa la fiesta para olvidarse de todo. Hace tanto tiempo que María toma malas decisiones que ya no sabe quién es. Un desafortunado incidente la va obligar a encararse consigo misma.
Amanece y la culpa invade a María de los pies a la cabeza pero decide no compartirla con nadie. Este sentimiento le lleva a un lugar oscuro y dulce a la vez. María intenta volver a su rutina pero solo tiene un nombre en la cabeza: Santiago Aguirre. El sentimiento de culpa le arrastra a querer saber más sobre él. En un intento de solucionar las cosas María acaba metiéndose en la boca del lobo.
María necesita dinero para pagar a su nueva abogada. Se ve obligada a recurrir al mundo al que se había jurado no volver: la publicidad. Esta situación tan hostil para ella le hace revivir sus inicios y como empezó su pérdida de la inocencia. Además, la visita a la abogada supone un choque de realidad ya que la situación con Santiago está en un momento complicado.
La ansiedad crece y María cada vez está más acorralada. Se acerca el momento de la declaración para el juicio y no tiene mucha más escapatoria. O sí. Decide salir de fiesta y poner su mente en off, es decir, drogarse. Eva y Bego, ajenas a la situación, se unen al plan y acaban las tres empastilladas en un karaoke. Lo último que se espera María es encontrarse a Gabriel en ese loca.
Como un alma en pena, María vaga por la inhóspita estepa. Huye de Madrid acompañando a Fausta a hacer el reparto fuera de la capital para no tener que volver a casa. Por mucho que su cuerpo se aleje, no puede dar la espalda a la situación. Un acontecimiento precipita que al fin, María diga la verdad.
Después de tres años María sale de la cárcel y tendrá que enfrentarse a la reinserción. Jura una promesa a una de sus compañeras de prisión, que tratará de cumplir como sea. María está en el tercer grado, eso quiere decir que aún duerme en un centro de integración social (CIS). Sus miedos los combatirá rezando guiada por Santa Teresa de Jesús.
María lucha por enfrentarse a la reinserción, aunque los prejuicios y las desconfianzas no tardan en aflorar en aquellos que descubren que ha estado en la cárcel. Se esfuerza por cumplir su promesa a Santa, aunque su hija Yasmín no se lo pone nada fácil y le obliga tomar una difícil decisión para no fallar en su promesa.
María hace un último intento de volver a la María social de antes y acude a una gran fiesta. Se le pondrán delante todos sus demonios, ella aferrada a la fe y a sus rezos a Santa Teresa intentará combatirlos, pero no es tan fácil. En un intento de ser aceptada toma una mala decisión que le llevará a humillarse delante de todo el mundo en esa fiesta. Recibe una llamada de Santa y su mundo se viene abajo; la promesa que le hizo la está consiguiendo cumplir, pero basada en una mentira. Al llegar al CIS alguien del pasado vendrá a visitarla.
Después de unas semanas, María encuentra trabajo en el Túnel del terror del Parque de Atracciones de Madrid. De corazón, ella intenta tener una nueva oportunidad, pero la promesa que empezó no la deja mirar a otro lado. O la promesa o la oportunidad de reinsertarse. María acaba llamando a Gabriel e inician un viaje al centro del huracán.