Los obstáculos para llevar a cabo el musical se multiplican. Manolo, convertido en el nuevo representante de Camilo, consigue un teatro. Más de mil jóvenes se presentan a las audiciones para elegir el elenco. Pero un nuevo tropiezo les obliga a posponerlas. Camilo tendrá que tragarse el orgullo y pedir ayuda a la persona que menos le apetece. Camilo busca el consuelo de Lucía Bosé, convencido que todo ha terminado, pero el viejo zorro del representante acepta la oferta aunque imponiendo duras condiciones. Jaime, el director musical, propone como candidata a María Magdalena a una joven que está despuntando, Paloma San Basilio pero la policía y los bomberos están clausurando el teatro por riesgo de derrumbe. La mano negra del representante se deja sentir en esta perversa maniobra.