Hombre fuerte de la Revolución, Calles moriría en su cama, pero exiliado en California por Lázaro Cárdenas. Durante casi una década había sido presidente y, después, el verdadero poder detrás de tres presidentes. Su energía prevaleció sobre una infancia ilegítima y un padre alcohólico, y lo llevó a conquistar un poder lleno de logros sociales, pero dañado por momentos violentos y en especial por la triste historia de la Cristiada.