Comienza el dragón a recoger la casa, comienza a pensar en abandonar su gruta. Poco a poco, con cabeza, sin prisas que puedan fastidiar este tiempo de privaciones, sin forzar las alas desentrenadas, por mucho que le apetezca, por fin, volar sin freno. Pasea prudente y a ratos, con la boca bien tapada para que no se le escape el aliento de fuego, y observa el comportamiento del resto de animales: unos, más sensatos; otros, menos.
Como apostamos por los primeros, os traemos un nuevo programa que puede escucharse con prudencia, manteniendo la distancia y con el ánimo en alto.
En él, JAVIER CANSADO es de nuevo transmutado en uno de esos personajes inexplicables, pero tan reconocibles, con un papel tan incierto: el de poner complicado saber de qué se habla y despertar, aun así, la adicción.
JUAN GÓMEZ-JURADO se pone tierno (a la vez que infinito) y nos trae una historia de amor universal. Literalmente. La historia de dos personas que, cuando se besan bajo las estrellas, saben exactamente debajo de cuáles.
Y RODRIGO CORTÉS apuesta por una película que se resistía a existir, un guión matagigantes, como el Alcorcón. Unos dirán que por una maldición, otros que por culpa de una desastrosa gestión de las expectativas de sus protagonistas. Tú decides…
Aquí lo tienes, báilalo, o paséalo, lo que te pida el cuerpo. Pero gózalo. Porque… ¡Aquí hay dragones!