Como dijo una vez el sabio: «No hay dragón en el cielo sin cielo». En realidad, lo decimos nosotros, y no significa mucho, aunque algo sí. Queda tan bien, por otro lado, empezar con una cita…
Arturo Gónzález-Campos trae otra de esas preguntas capaces de dividir España en dos: él y el resto del mundo. El tema, claro, interesa hasta la pasión a Javier, Juan y Rodrigo, que deciden disimularlo como pueden y lo consiguen.
Javier Cansado viene a hablar de un tema que conoce bien, pero de oídas, sea el que sea. Y acompaña su sección con una de esas musiquitas que él sabe poner tan bien y que le vienen tan pintiparadas, como calcetín al pie, como collar al cuello. Como anillo caro al dedo.
Juan Gómez-Jurado nos lleva a finales del siglo XIX (principios del XX) para presentarnos cosas de espíritus. En Escocia, por lo visto, se hablaba mucho con ellos, y Juan también, pero a nosotros, que ojalá fuéramos transparentes a veces (pero otras veces, que esta vez la sección lo mola todo).
Rodrigo Cortés le pone cordura al programa, una pizca de curry (y azafrán), y algún golpecito de cadera. Le pone, en definitiva, música para hablarnos de un tipo de cine que no es muy popular en España, pero sí de España para fuera. Muy para fuera.
Por fin el programa se acaba y toca esperar por el siguiente (si se nos disculpa el espóiler), aunque empieza por el principio, que es lo que viene antes de lo que va luego. Dale al play, reza y recuerda… ¡Aquí hay dragones!
Como dijo una vez el sabio: «No hay dragón en el cielo sin cielo». En realidad, lo decimos nosotros, y no significa mucho, aunque algo sí. Queda tan bien, por otro lado, empezar con una cita…
Arturo Gónzález-Campos trae otra de esas preguntas capaces de dividir España en dos: él y el resto del mundo. El tema, claro, interesa hasta la pasión a Javier, Juan y Rodrigo, que deciden disimularlo como pueden y lo consiguen.
Javier Cansado viene a hablar de un tema que conoce bien, pero de oídas, sea el que sea. Y acompaña su sección con una de esas musiquitas que él sabe poner tan bien y que le vienen tan pintiparadas, como calcetín al pie, como collar al cuello. Como anillo caro al dedo.
Juan Gómez-Jurado nos lleva a finales del siglo XIX (principios del XX) para presentarnos cosas de espíritus. En Escocia, por lo visto, se hablaba mucho con ellos, y Juan también, pero a nosotros, que ojalá fuéramos transparentes a veces (pero otras veces, que esta vez la sección lo mola todo).
Rodrigo Cortés le pone cordura al programa, una pizca de curry (y azafrán), y algún golpecito de cadera. Le pone, en definitiva, música para hablarnos de un tipo de cine que no es muy popular en España, pero sí de España para fuera. Muy para fuera.
Por fin el programa se acaba y toca esperar por el siguiente (si se nos disculpa el espóiler), aunque empieza por el principio, que es lo que viene antes de lo que va luego. Dale al play, reza y recuerda… ¡Aquí hay dragones!