Mira fijamente este texto. Elige, por ejemplo una palabra, o una coma, o, si eso es lo que te brota, tres frases encabalgadas. Lo importante es que, selecciones lo que selecciones, lo mires de manera fija. Permanente. Intensa. Durante no menos de tres horas. Nuestro siguiente consejo es que, durante esas tres horas, vayas alejando y acercando el móvil lentamente, con gran calma, sin llegar jamás a tocarlo con la punta de la nariz ni a dislocarte el codo al cambiar de dirección. Si lo consigues, si tienes la voluntad suficiente, verás cómo, a las dos horas o así, empiezan a pasar cosas. Cosas sorprendentes. No lo decimos nosotros, que ni nos planteamos una tontería así, nos lo ha dicho y dice gente en internet que no sabía nada de esto y está de lo más impresionada. ¡Ya nos contarás! ¡O, mejor, no! Igual te apetece darle al play para que el experimento se haga más llevadero, porque... ¡Aquí hay dragones!