Igual no os habéis fijado, porque estáis, claro, a vuestras cosas, pero, de un tiempo a esta parte, las hojas están perdiendo su verde pretencioso. Los días, cansados, quieren contagiarnos su recién estrenada pereza, acercando la mañana a la noche, y el calor que ayer nos sobraba se convierte en aspiración nostálgica hoy. Igual no os habéis fijado, pero todo eso pasa porque es otoño (para eso estamos, para ilustraros). Así que dadle al play, si queréis, antes de que se caigan las hojas, porque... ¡Aquí hay dragones!