Mariano y Gabriel se encuentran con una patera repleta de inmigrantes y deciden rescatarlos y esconderlos, sin que Marga se entere, hasta que lleguen a puerto y allí entregárselos a la Cruz Roja. Mientras, Marga está ocupada en otros asuntos. Gracias a sus contactos ha conseguido que se celebre en el Ancla II la gala Miss Costa Española. La directora pone a todos en su sitio para evitar que el acto sea un desastre como fue la visita de Angela Merkel. Además de organizar la gala, tendrá que tener un trato especial con el presidente del certamen, Salazar (Javi Coll) un importante constructor y además amigo íntimo de su padre. Una tarea ardua complicada, ya que Salazar es un tipo mal educado, machista y racista, entre otras “virtudes”. Pese a que la corona de Miss Costa Española está en una urna bajo la atenta vigilancia de Campillo, Natalia no puede evitar probársela y sentirse como una reina por unos segundos, pero la felicidad le durará muy poco.
En su afán por rentabilizar el Ancla II, el dueño de la compañía crea un servicio de bodas a bordo, para desgracia de Gabriel. La primera pareja que acude solicita también la organización de una despedida de soltera para ella y Marga preparará todo con gran dedicación, pero tendrá problemas a la hora de encontrar un stripper: necesita un hombre guapo y con un cuerpo de escándalo y entre la tripulación no halla candidatos… hasta que se le ocurre una idea brillante. Asimismo, Mariano aprovechará la ocasión de tener tantas mujeres a bordo con ganas de fiesta para tratar de echar una canita al aire. Él piensa que muy mal se le tiene que poner la cosa para no triunfar y apuesta cien euros con Gabriel, que cree que fracasará en su empeño. Centrado en ganar la apuesta, el supervisor decide bajar su listón al mínimo, lo que tendrá consecuencias inesperadas. Paralelamente, Natalia aprovecha que el Ancla II ha atracado en Valencia para salir a dar una vuelta y vuelve con Puchi, un perrito adorable que ha encontrado abandonado. Para evitar que la descubran decide esconderlo y para ello recurre a Rai, que está muy agobiado intentando terminar un trabajo para la universidad. Ajeno a todo esto, Campillo diseña un "operativo especial de vigilancia" al sospechar que Palmira está llevando a cabo alguna oscura actividad a bordo del buque.
Deslenguada, con pocos modales y mucho pasado, Jacinta (Loles León) es la antigua compañera de trabajo de Palmira, pero ésta no la recuerda con mucho cariño. La culpa la tienen los 30.000 euros del botín del robo que perpetraron juntas en el pasado y por el que solamente pagó Jacinta con cinco años de cárcel. Para librarse de ella, la única solución que encontrará Palmira será fingir su muerte, pero planear su propio funeral resultará ser más complicado de lo que creía.
Los tripulantes del crucero se enfrentan a uno de los casos más difíciles: tendrán que recibir a un grupo de visitantes del 'Opus Dei'. Para conseguir una inversión de este grupo, Marga y Mariano tendrán que fingir que siguen siendo un matrimonio feliz, ¿Volverán a surgir los sentimientos del pasado entre ellos?.