Enero del año 2.000. Un joven carismático y atractivo, de 30 años de edad, convence a la novia de su hermano, de 26 y 28 años respectivamente, para dar un paseo en coche. Después de pasar por la iglesia mormona, a la que pertenecían anteriormente ambos, se dirigieron a la Bahía de San Francisco. Estacionaron el coche y contemplando la bella panorámica él le confesó algo a ella. Le contó que era el profeta elegido para derrotar a Satanás y hacerse después cargo de la Iglesia Mormona. Asesinando si fuera necesario. También le confesó que Dios, a quien él llamada El Espíritu, le hablaba.