El lado más romántico y pasional de Mauricio vuelve a aflorar de nuevo. A pesar de su última decepción amorosa, las flechas de Cupido hacen mella en el corazón del hostelero. Está perdidamente enamorado de Soraya, no se atreve a confesar sus sentimientos y Paz le anima a hacerlo. Tras el fracaso de su última cita, Soraya ha desarrollado un fuerte odio por el género masculino. Al ver a su amiga completamente desanimada en materia sentimental, Chema se propone animarla organizándole una cita a ciegas con Pascual, su proveedor de ambientadores. El tendero cree que éste puede ser el hombre adecuado para Soraya, dado que acaba de romper recientemente con su pareja, pero ignora que Pascual es gay. Ilusionada, Aidita desea ir al colegio con motivo de la celebración de la fiesta del amigo invisible. A pesar de su insistencia, Soraya impide que la niña acuda al acto, ya que está enferma. Lorena, por su parte, decide organizar el amigo invisible en familia. Poco después, Eugenia, descontenta al saber que le ha tocado hacerse un regalo a sí misma, decide sacar provecho de la situación.