Jonathan y Eugenia le van poniendo al día a Simón de la vida de cada uno en el barrio, pero de manera intencionadamente falsa. Simón cree así que Fidel es un transexual cuando en realidad la operación que ha tenido es de amígdalas; que Chema es un actor porno y que su propia hermana, Paz, es lesbiana. Cuando descubre el engaño, utiliza el mismo juego para vengarse de Jonathan. Por su parte, Mauricio monta un negocio clandestino de juego en su bar aprovechando que el casino del barrio ha cerrado temporalmente. Para no levantar sospechas en el vecindario, los clientes acuden disfrazados de frailes como si el Reinols fuera su centro de reunión mientras el monasterio está en obras. En el colegio de Luisito se ha organizado una carrera y Macu le pide a Chema y a Fidel que le ayuden a construir un vehículo de pedales para que su hijo pueda participar. Ilusionados por el reto hacen una maqueta pero, al verla, Luisma y Barajas se pican porque creen que, como padres, son ellos los que deberían hacerse cargo del invento.