Deeply disappointed after not being selected in the casting of a musical due to the scandal that took place in the gala prior to the Eurovision Song Contest, Lorena, who has just discovered her passion for music, decides to enter the conservatory. At the music center she meets Germán, whom she does not hesitate to ridicule, until she discovers that she is the professor in charge of the entrance exam for the new candidates. Aidita completes the reading of “Different sexual tendencies”, a work that Fidel has given her. The shopkeeper berates his son for the inappropriate gift he has given the little girl, while she is delighted with her new book. After discovering that the gift initiative has come from the grocer's son, Soraya is enraged. Hurt with his attitude, Fidel criticizes the values that Aida's first-born daughter instills in her daughter, in which only the sweetened versions of reality seem to have a place.
Profundamente decepcionada tras no ser seleccionada en el casting de un musical debido al escándalo protagonizado en la gala previa al Festival de Eurovisión, Lorena, que acaba de descubrir su pasión por la música, decide ingresar en el conservatorio. En el centro musical coincide con Germán, a quien no duda en ridiculizar, hasta que descubre que es el profesor encargado de la prueba de acceso de los nuevos candidatos. Agobiada ante la imposibilidad de estudiar el denso temario, Macu anima a la pelirroja a utilizar sus armas de mujer para seducir al amigo de Fidel y así aprobar el examen.
Aidita completa la lectura de “Diferentes tendencias sexuales”, obra que le ha regalado Fidel. El tendero recrimina a su hijo por el inapropiado regalo que ha hecho a la pequeña, mientras que ella está encantada con su nuevo libro. Tras descubrir que la iniciativa del regalo ha partido del hijo del tendero, Soraya se encoleriza. Dolido con su actitud, Fidel critica los valores que la primogénita de Aída inculca en su hija, en los que sólo parecen tener cabida las versiones edulcoradas de la realidad.
Su jefe le ha ordenado que pida sillas de terraza, pero debido a un error lingüístico el camarero confunde “terraza” con “Terrassa”. Hundido por su equivocación, Machupichu pide a Jonathan que le ayude a mejorar su vocabulario. Tras unas pocas lecciones, los progresos del camarero son evidentes, aunque su lenguaje se ha vuelto un tanto macarra.