En su primer encuentro con los Franco, Eva queda desilusionada. El dictador español y su mujer le recuerdan a una pareja de almaceneros que vendían pollos en Junín, su pueblo de origen. Instalada en el palacio de El Pardo descubre que su relación con Carmen Polo y Franco no será un camino de rosas. Deberá soportar con resignado estoicismo los tediosos actos oficiales con los que los Franco pretenden agasajarla, aderezados con bailes regionales y baños de multitudes que el Régimen ha programado hasta el más mínimo detalle. Mientras Juana Doña espera en prisión a ser fusilada, contando los tiros de gracia que se suceden de madrugada, Paca inicia su periplo con el pequeño Alexis. Visita al representante del Papa en España, e insiste a las puertas de la Embajada Argentina, aunque siempre es rechazada. Finalmente la misiva llega a manos de Eva que, inmediatamente, toma cartas sobre el asunto. Está decidida, por propias convicciones, a pedir a Franco el indulto para Juana. El problema llega cuando Carmen Polo, harta ya de los inconvenientes causados por su huésped, descubre la carta y se dispone a parar los pies a la invitada. No puede consentir que se salga con la suya. A partir de aquí la relación entre las dos primeras damas se tornará insostenible. Mientras, como telón de fondo, se suceden los viajes de Eva Perón a través de España culminando en su despedida en Barcelona, donde Franco, el dictador, accederá al fin a la insólita petición de su huésped.