Alba ha sido secuestrada por Rubio, pero éste decide no asesinarla cuando su identidad se ve expuesta tras la publicación de un retrato robot. El sicario pretende utilizarla como 'seguro de vida', ya que es la única persona que vio a Job cuando su padre fue eliminado. Rubio contacta entonces con el infiltrado en el juzgado y le amenaza para que le ayude a forzar un encuentro con quien le contrató y replantear de nuevo la situación. La actitud sospechosa del asesino, que retiene a la niña en el garaje de su casa, levanta el recelo de algún miembro de su propia familia. Mientras, Rosa Ballester indaga sobre la identidad de José Aganzo, la última persona de la lista de Job, y descubre que se trata de alguien que trabajó para el Ministerio de Defensa a la que resulta imposible acceder actualmente: lleva cinco años sin dejar ningún rastro y toda información sobre ella se encuentra clasificada como alto secreto. Por su parte, Ricardo Díaz, el abogado de Joaquín de la Torre, se ve acorralado cuando los miembros del partido descubren trapos sucios sobre él y no duda en exponer el lado más oscuro de su cliente para salvaguardar su posición. Aurora, que está muy afectada por la enfermedad terminal de su amiga Belén, empieza a plantearse que no siempre la ley sirve para hacer justicia y tomará una decisión insospechada para paliar el sufrimiento de la joven. La intensidad del trabajo que Sonia y Pablo desempeñan juntos les lleva a una situación que supondrá un punto de inflexión en su relación.