Luna sospecha que su prometido, Manuel, le ha preparado una fiesta de cumpleaños, pero se sorprende al ver que éste, ante todos los invitados, le pide matrimonio. Luna acepta casarse con él para mayor alegría de Emilia, su madre y disgusto de doña Úrsula, su suegra. Pero la sorpresa aún es mayor cuando Luna descubre a su novio haciendo el amor con Mireia, su propia hermana. Sin dar explicaciones a la familia, Luna abandona el pueblo siguiendo los pasos de un primo suyo fotógrafo, Lucas, que se fue hace años a probar fortuna a la capital. Una vez en casa de él, comprueba que apenas goza de espacio y que Olga, su mujer, no la recibe con los brazos abiertos. Va a sacar dinero de su banco, pero comprueba que Manuel se lo ha quitado de la cuenta conjunta. Sin saber a dónde ir, perdida, es agredida por dos motoristas que le roban el coche y todas sus pertenencias. Poco después, se vuelve a topar con el motorista, pero ésta vez es ella quien le arremete. Ha sido una confusión dado que el motorista resulta ser Gonzalo, un aspirante a actor, que la lleva a su pensión. Manuel la sigue, la encuentra y la amenaza, pero la presencia de Gonzalo hace que desista y se marche. Luna confiesa a Gonzalo su auténtica historia y así nace entre ellos una confianza que tiene visos de ir a más. Por otra parte, Manuel está llevando a cabo negocios turbios a medias con el alcalde del pueblo. Una urbanización de lujo que se topa con una propietaria que no quiere ceder a sus chantajes: Rosario.