David ha ligado con una tal Diana. Carlota ha conocido en la peluquería a una tal Diana. Y en una sesión de casting, Laura se ha hecho amiga de una tal Diana. Todos hablan maravillas de la famosa Diana. Finalmente, descubren que se trata de la misma persona, quien se incorpora al grupo de amigos. La sinceridad es la principal característica de Diana. No tiene pudor alguno en tachar a David de egocéntrico. A David lo afecta tal acusación, e inicia un proceso de reflexión: relee los diarios de la infancia, y se convence de que es un egoísta. Se adentra en una crisis de personalidad. Diana persuade a Carlota de que Gonzalo es un calzonazos, que nunca le discute un comentario, por muy peregrino que éste sea. Carlota y su novio inician, entonces, una crisis de pareja. Paco sospecha que Diana es la clásica reventadora de grupos: la persona que se cuela en la pandilla con la intención de enfrentar a los amigos entre sí. Está seguro de lo que dice porque cuando era más joven una de sus aficiones favoritas era desunir las pandillas de los otros. En la fiesta de inauguración de la casa de Gonzalo, Paco, que tiene celos de Diana, denuncia las intenciones ocultas de la chica. Laura prepara un casting de sopas en conserva. Diana le ha enseñado las técnicas de relajación, mimo y vocalización. Sin embargo, es Sole quien, con su pragmatismo, le aconseja cómo enfrentarse a la cámara. De hecho, la acompaña al estudio en el momento de la prueba. Finalmente, David agradece a Diana el haberle abierto los ojos respecto a su egoísmo. Y Gonzalo y Carlota se reconcilian: su relación ha mejorado porque tienen en cuenta las críticas que en su día hizo Diana. Laura hace el anuncio de las sopas. Sorprendentemente, Sole es su pareja en el spot.