La filosofía en Roma no fue tan variada como la de la Antigua Grecia. De hecho, su filosofía más potente fue una de origen griego, el estoicismo. Hay muchos pensadores vinculados a este pensamiento, pero los más célebres fueron Cicerón, Séneca y Marco Aurelio. Por otro lado, en la Alejandría de aquellos tiempos aparecieron otros movimientos filosóficos como el neopitagorismo y el neoplatonismo. Plotino fue el máximo pensador de este pensamiento. Finalmente, en la era crepuscular romana destacan San Agustín de Hipona, un pensador que rebuscó en el origen del mal y sobre la fe y la razón. Y también es importante Hipatia de Alejandría, que si bien no tuvo una filosofía propia sí que destacó en otros campos como las ciencias o la astronomía.