Hace mucho tiempo, en la islita de Creta, vivía una gente que, aunque se dice que hacían sacrificios humanos, llegó a ser muy civilizada. Construyeron grandes palacios, como el de Cnosos, y crearon dos tipos de escritura, una jeroglífica y otra silábica, la Lineal A. Comerciaron con mucha gente, como con los egipcios, Mesopotamia o Fenicia, y también con unos vecinos recién instalados en la península del Peloponeso en Grecia. Eran los Micénicos. Estos futuros griegos, también conocidos como Aqueos por Homero, tenían ganas de marchota, así que decidieron invadir a los minoicos tras el desastre de la erupción del volcán de Tera. Y sus ansias de poder les llevaron a una guerra contra Troya que desequilibraría las fuerzas de todo el Mediterráneo y acabaría originando lo que se conoce como las invasiones de los Pueblos del Mar.