Durante el Neolítico, grupos humanos se fueron asentando en el valle del río Nilo buscando un lugar fértil en el que vivir. Aquí comienza la historia del Antiguo Egipto. Estos grupos comenzaron a organizarse en torno a una figura conocida como faraón, y a creer en unos dioses zoomorfos como Horus, Seth y Osiris. Su paso por las primeras dinastías daría lugar a monumentos funerarios como mastabas, las precursoras de las que serían las grandes pirámides.