Pedro logra convencer a Amelia de no dar a la niña en adopción apelando a su derecho de padre legal de la criatura por ser su esposo. Por su parte, Luis Alejandro se entera que Marisa no puede tener hijos y, aunque no se lo confiesa, él está molesto y decepcionado porque Marisa le haya ocultado un asunto tan importante antes del matrimonio.