Isabel es una joven que vive con sus abuelos, Luisa y Remigio, además de su hermano Emilio en las afueras de la ciudad de Puerto Montt. Una noche sale en búsqueda de su hermano. Al regresar, viene totalmente retraída y con un cambio evidente en su personalidad, que tomará ribetes espeluznantes. Solo la intervención del Padre Benito y el Padre Anselmo podría salvarla de un desenlace catastrófico.