Mario se desempeña como cuidante de una antigua oficina salitrera abandonada. En una oportunidad que su familia lo visita, Julio, su hijo de dieciocho años, desaparece misteriosamente, durante una ronda nocturna. Después de dos años, y a pesar de que la oficina salitrera cierra definitivamente y Mario es desvinculado de su cargo, decide quedarse, con la esperanza de que Julio regrese. En la ocasión que su esposa Elsa va a verlo, para llevarle noticias acerca de Julio, el joven regresa para tranquilizar a sus padres, señalándoles que ya no deberán esperarlo más.