Coca pierde repentinamente a una amiga y compañera de trabajo, producto de un dolor de cabeza, que desembocó en un derrame cerebral, por no haber sido tratado a tiempo. Cuando ella comienza a sentir síntomas similares, exige ver a un neurólogo. Los exámenes descubren que tiene un aneurisma cerebral, de no buen pronóstico. En medio del desconsuelo e incertidumbre, la figura de un médico especial, podría traer una luz de esperanza.