Rigoberto tiene por afición visitar las ex oficinas salitreras para buscar reliquias pasadas. Tras renunciar a su trabajo con el fin de dedicarse a su hobby, desaparece sin dejar ningún rastro, dejando una incógnita para toda su familia. Ellos denunciaron su desaparición, y tras 2 años la policía lo da por muerto. Lo escalofriante es que ocho años más tarde apareció como si nunca hubiera pasado nada.