En este capítulo Pancho Saavedra llega hasta el último rincón habitado de la isla grande de Chiloé. Desde Quellón descubrirá historias desconocidas y pequeñas caletas como Caleta Inío. En la lancha ambulancia de la municipalidad navegará por estrechos canales donde gente esforzada vive de la recolección del pelillo, y conocerá a los ocho alumnos de la escuela, que se embarcan cada día para asistir a clases. Estará en la faena de extracción de mariscos y se internará por un bosque virgen junto a una comunidad que abre camino hasta una lago encantado. Al termino del capítulo una historia para no olvidar: la de una pequeña familia que se arrancha, en precarias condiciones, en una isla deshabitada para extraer el róbalo.