Berta recibe una oferta para enrolarse en un nuevo cuerpo de élite catalán. Las dudas con este proyecto se disipan cuando Salva le dice que su padre está implicado en una trama de corrupción. Así que decide alistarse en el nuevo cuerpo de élite y proteger la inocencia de su padre, como le han prometido. La agente pronto descubre que sus compañeros la habían engañado, y comienza una competición entre los dos cuerpos para resolver el caso y detener al empresario. Ella, decepcionada, lo deja todo para aferrarse a la palabra de su progenitor.