Miguel y Álvaro, los mejores amigos de María Cristina, la invitan a un viaje de trabajo por Italia y que, además, le permitirá dejar atrás el trago amargo que pasó por la estafa de la que fue víctima por cuenta de Gloria y Patricio. María Cristina acepta, pero le preocupa la situación de Julia a quien ve muy confundida en sus asuntos del corazón.