En su oficina, Alfredo Duperly recibe la noticia de que su padre podría ser el cerebro del desfalco que sufrió el Fondo Platinum, lo que afecta notablemente su reputación y la de su familia. Posteriormente, Catalina, su esposa, llega a brindarle su apoyo, pero él se mantiene inmerso en un alterado estado de ánimo.