Tras enterarse de la muerte de su padre, Nicolás Ortega organiza un homenaje para él y allí recibe el respaldo total de sus amigos y colegas. En medio del velorio, Vilma y Azucena llegan a visitar a Nicolás que, sin imaginarlo, termina rodeado de todas las mujeres con las que ha sostenido algún tipo de relación, incluida, María del Pilar que lo observa sorprendida desde lejos.