Malas compañías, el nuevo programa que presenta Cristina Pardo, hace un retrato de las tramas de corrupción que han aparecido en la Comunidad Valenciana durante los últimos años desde un punto de vista inédito hasta ahora en televisión. Son los personajes anónimos que han protagonizado las distintas tramas, más allá de las cabezas visibles que han aparecido en los medios, los que cuentan cómo funciona la corrupción por dentro. Esteban Cuesta, que era enfermero ATS y terminó de gerente de la gran depuradora pública de Pinedo en Valencia, cuenta en primera persona y con todo detalle el caso Emarsa, un caso que supuso el desvío de 23 millones de euros de fondos públicos. Con Toño Sobrino, exconcejal de comercio en el ayuntamiento de Alicante, conocemos cómo operaban el empresario Enrique Ortiz, que recientemente ha admitido haber financiado ilegalmente al PP, y la entonces alcaldesa Sonia Castedo. Por primera vez en televisión, oímos al fiscal anticorrupción de Valencia, Vicente Torres, hablar de los distintos casos en los que trabaja y lamentar la falta de recursos de los que dispone.