Contamos con un experto en lenguaje no verbal para estudiar los perfiles psicológicos de Hillary Clinton y Donald Trump. Clinton tiene una actitud “mesiánica”, comedida y educada, abriendo mucho las manos y señalando, de vez en cuando, a alguien entre el público, en un gesto positivo y de ganadora. Por su parte, el rostro de Trump es más difícil y duro de enfrentar: es alguien que acusa, levantando el dedo de forma incriminatoria. Acaba muchos discursos enfadado, genera agresividad y la esa expresión ruda puede jugarle una mala pasada. Jaime Garrido acude al plató de ‘Cuarto Milenio: Zoom’ para explicar mejor el rosario de extrañas muertes que tienen que ver con la candidata Hillary Clinton. Desde subalternos a prostitutas, pasando por becarios o traductores. Las muertes, algunas difícilmente explicables, aglutinan situaciones extrañas, accidentes inverosímiles e informes incongruentes. Parece que, en esta ocasión, el fraude es más evidente que nunca: Trump parece un “payaso”, según Garrido, por los resúmenes que aparecen en los medios, aunque hable en ocasiones de cosas que nos parecen razonables. El candidato republicano asegura que el 11 de septiembre fue un autoataque, y por su parte, Clinton no tiene fuerza política. ¿Estará eso relacionado con las reformas que ha llevado a cabo Obama para poder seguir gobernando en caso de revuelta social? La experta grafopsicóloga Clara Tahoces analiza la escritura de los dos candidatos a la Casa Blanca para intentar conocer más de las personalidades reales de Hillary Clinton y Donald Trump. Por ejemplo, ella continúa usando el apellido paterno, con una intención de separar su persona de la de su marido, Bill Clinton, y todo lo que él representa. Además, su firma se ha diluido con el tiempo en lo que se conoce por “la firma del político”, una escritura mucho más líquida y rápida que denota que sus promesas no son del todo sinceras. Clinton sabe mandar, según Tahoces, es una
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Iker Jiménez | Director |