‘9 meses con Samanta’ comienza con el primer trimestre del embarazo de la periodista, que se sometió a un tratamiento de reproducción asistida para lograr concebir a sus hijos. Samanta mostrará sus ecografías, se sorprenderá al saber que espera mellizos, se emocionará al saber el sexo de sus hijos y compartirá la experiencia de esos meses irrepetibles donde verá cómo cambia su cuerpo. El programa también se detendrá en otras experiencias relacionadas con la natalidad, como la de Laura y Borja. Laura tiene 29 años y espera a Rodrigo, su segundo hijo. El mayor nació hace tres años y fue un embarazo normal. Pero en el segundo, algo va mal. Antes de llegar a la semana 23, Laura tendrá que pasar por una operación de cirugía fetal. Y su vida está en riesgo. Laura muestra una fortaleza admirable: para ella, abortar no está en sus planes. Su marido, Borja, de 39 años, está inquieto por lo que pueda pasar, pero comparte la visión de su mujer. En el Hospital Universitari Vall d’Hebrón, y a las órdenes de la jefa de Obstetricia, Elena Carreras, los espectadores asistirán a una operación nunca vista en televisión: un equipo de médicos extraerá el útero de Laura para intervenir la espina bífida del feto. Es una operación en la que, si algo falla, la madre puede morir, y si la anomalía no se resuelve, el niño puede sufrir hidrocefalia, algún retraso cognitivo y alteraciones en el aparato locomotor. Tres meses después, Samanta realiza una visita urgente a la pareja. Aunque está en el octavo mes de gestación, a Laura le han detectado pérdidas de líquido amniótico en la placenta y hay que practicarle una cesárea.
Comienza el segundo trimestre de embarazo para Samanta Villar y todo son preguntas. A la inquietud de la periodista se une la de su marido, que en su intento por compartir la vivencia de su esposa decide someterse a una recreación de los dolores del parto. Samanta inicia su segundo trimestre sin náuseas. La segunda ecografía de este período es determinante para comprobar si hay alguna malformación, algo que le preocupa desde que conoció la espina bífida. En este trimestre experimenta también cambios emocionales y los primeros problemas de movilidad y siente las primeras patadas de los bebés. Además, los espectadores asistirán a la simulación de los dolores del alumbramiento. Será a través de Raúl, la pareja de Samanta Villar. Con una máquina creada para este fin, el doctor Jackie Calleja ha conseguido recrear un dolor tan intenso como el de las contracciones del parto. Para empatizar con Samanta y poder comprender lo que le espera, Raúl se dispone a pasar por esa experiencia. Parto loto, un alumbramiento doméstico lleno de rituales Shalini tiene 38 años, es de Bélgica y está esperando su tercer hijo, aunque será el primero con Jero, su actual pareja. A ambos les ilusiona experimentar en su propia casa un parto loto, en el que la placenta juega un papel vital. Cuando el bebé nace, hay que esperar a expulsar toda la placenta, que sigue unida al niño por el cordón umbilical. Placenta y bebé continúan unidos varios días, hasta que el cordón se seca y se cae. Para preservar su intimidad el día del alumbramiento, el equipo del programa les deja una cámara. Ana, su amiga doula, les asiste durante todo el alumbramiento. Unas horas más tarde, Samanta tiene la oportunidad de asistir al complejo ritual de la placenta y conocer al bebé. Samanta viaja a Leiden (Holanda) para conocer a una familia muy poco convencional compuesta por cinco miembros: Juliette, Roland, Laurel, Barry y la pequeña Maya. Entre todos educan a la niña,
Tras 37 semanas de gestación, Samanta ingresa en el hospital y después de 24 horas de espera, de contracciones y de dolores da a luz a sus hijos. La periodista, de 40 años, se pregunta si hay una edad límite para quedarse embarazada, cuestión que debate con May, una mamá que a los 51 años decidió quedarse embarazada de su primer hijo. Además, el programa relata la historia de Bárbara y Javier, que tras tres abortos decidieron convertirse en padres a través de la gestación subrogada.