Las mujeres de la vida de Ángel le han hecho ser tal y como es: un camaleón feliz consigo misma en busca del amor para el que necesita seguridad, confianza, respeto y comunicación. Por su parte, Luis siempre ha sido un niño de papá, sueña con ser rico y si le dan a elegir prefiere parejas maduritas... muy maduritas, entre cuarenta y la muerte como él mismo dice. ¿Conseguirán encontrar intereses comunes para seguir conociéndose más allá del restaurante?