En 2050 se estima que habrá 10 000 millones de habitantes en el mundo, esto afectará a la arquitectura ya que habrá que construir cuatro veces más de lo que está construido. A 1.000 metros del suelo trabajarán y se relacionarán las personas de las ciudades del futuro. Las urbes estarán dominadas por rascacielos mucho más altos y versátiles que los actuales, que gracias a las nuevas tecnologías estarán interconectados entre sí. Ante este escenario, será necesario reformular el concepto de urbe para lograr metrópolis más eficientes y que aprovechen mejor el espacio, como propone el arquitecto español Javier Pioz. Entre sus iniciativas, destaca el proyecto de la Torre Biónica, de 1 228 metros de altura, 300 pisos y que tendrá cabida para 100 000 vecinos.