Es adicto al dinero. Lleva tatuado en el cuerpo el lema rico o muerto. Y se hace llamar El Patrón, como su admirado Pablo Escobar. Francisco Javier Ramos es vecino de la Serranía de Cádiz que ha convertido una de las calles con la renta más baja de España en su fortín. La misma calle donde conocidos raperos han rodado videoclips contando la historia del líder del clan de los Piños. El descaro y la ostentación de la que presume en las redes sociales ha delatado al Patrón y a su familia, cuyos gastos no se corresponden con sus ingresos. A Ramos le acusan de instaurar una supuesta red de blanqueo que implica, según la Guardia Civil, a buena parte de sus parientes y conocidos. Un porche Panamera, valorado en más de 100.000 euros, y dos vídeos de la mujer y la madre, que circulan por las redes sociales, les sirven a los investigadores para seguir la pista del dinero, proveniente presuntamente del cultivo de plantaciones de marihuana.