Siete años después de su muerte, el exalcalde de Marbella y expresidente del Atlético de Madrid continúa siendo noticia por lo que dejó tras de sí. Y es que a día de hoy nadie ha devuelto a Marbella los 108 millones de euros que el político más poderoso de la Costa del Sol desvió de las arcas públicas. Gil nunca quiso que sus asuntos salpicaran a la familia. Pero en 2013 el Tribunal de Cuentas condenó a sus cuatro hijos (Jesús, Miguel Ángel, Óscar y Miriam) a pagar los desmanes de su padre en el Ayuntamiento. El tribunal reconoció que no participaron en la gestión de los fondos públicos, pero los consideró responsables contables directos.