Olmos y Robles creen haber descubierto por fin la identidad de Almanzor y en su ordenador descubren todo tipo de información sobre las víctimas y su siguiente objetivo: ellos dos. Para poner a salvo al pueblo, Olmos y Robles toman sus armas y se marchan sin decirle a nadie que van a la vieja casa cuartel. Pero la Domi, que intuye que algo malo va a pasar, consigue irse con ellos y, una vez allí, la anciana se ofrece a ayudarles con sus conocimientos del terreno. Almanzor deja incomunicado al pueblo, y los vecinos, ante la ausencia de Olmos y Robles, trazan una estrategia para defenderse por sí mismos. Almanzor y su equipo de mercenarios llegan hasta el antiguo cuartel donde esperan Olmos y Robles. Al fin, Olmos y Robles se verán cara a cara con Almanzor, un encuentro letal.