Erdosain le cuenta a Fischbein los días de Hipólita como sirvienta: evoca un momento en que la echan de una casa por probarse el vestido de novia de la hija de la patrona. Habla de ella con cierto afecto, y remite a su angustia existencial como la causa que la llevó a la prostitución. Barsut, secuestrado en la quinta, pide ser liberado después de haber entregado el cheque. Fischbein visita a Haffner en el prostíbulo. Lo recibe amablemente, pero cuando el periodista le pregunta por el destino de su dinero, Haffner hace que dos matones lo retiren del local.