Las cuatro parejas que continúan embarcadas en la aventura lo hacen en situaciones bien diferentes en la séptima entrega de ‘Casados a primera vista’. Mónica y Pedro no pasan por su mejor momento: las exigencias y el afán controlador de la gallega están acabando con la paciencia de su marido. Tito lucha por su relación con Cristina, pero los continuos desplantes de la catalana y su poca predisposición a que el matrimonio funcione han conseguido que el gaditano se replantee si su esfuerzo merece la pena. En la aparente idílica relación de José Ramón y Alberto han aparecido algunas sombras relacionadas con los celos del murciano y el inminente viaje a Londres de su marido. Sabrina y Jonathan, por su parte, han sabido sobrellevar los pequeños problemas de la convivencia, y afrontan su relación con una actitud muy positiva. Ha llegado el momento de que todas las parejas hagan un alto en el camino para compartir una experiencia que hasta ahora habían estado viviendo como única, con el resto de recién casados que participan en el programa. Por fin podrán intercambiar impresiones con otras personas que están en su misma situación. Será una entrega llena de sorpresas y confidencias en la que cada pareja pondrá en común con el resto sus miedos y frustraciones, así como las claves de un buen funcionamiento del matrimonio. Seremos testigos de las opiniones de unas parejas sobre las otras y de conflictos y acercamientos inesperados. Durante el encuentro de parejas, Mónica no tardará a sacar los trapos sucios de Pedro; Tito y Cristina tendrán un acercamiento importante en la discoteca; Sabrina se enfadará muchísimo con Jonathan hasta ponerle en un compromiso y José Ramón se planteará divorciarse de Alberto. Además, las parejas se separarán por primera vez y pasarán un día los chicos por un lado y las chicas por otro. Cuando se reencuentren, tendrán muchas cosas que decirse y quizá algunas que preferirían no contar..