Esperanza ayuda a la Hermana Clara a escaparse del convento para reencontrarse con Jorge, que se hospeda en un hotel cercano. El padre Fortunato se entera de las intenciones de su discípula y parte raudo a buscarla. Hacia allí también se dirige Tomás, con el fin de conciliar a ambas partes. El destino nuevamente lo juntará con Esperanza. Para ocultarse de Fortunato, ambos terminarán escondidos en un baño, más precisamente bajo la ducha. Ambos, empapados, no podrán quitarse los ojos de encima.