Lola teme ser enviada a un hogar de menores. Por tal motivo, decide escaparse junto con Pedro.
Preocupados por su ausencia, en el Convento entienden que, para evitar el posible traslado de la joven, deben conseguir que su madre biológica autorice al padre Tomás a hacerse cargo de su guarda.
Pero el tema en cuestión es, precisamente, hallar a la mujer…que trabaja por las noches en un “bar de copas”. Esperanza se pondrá “al frente” de la búsqueda, con Clara, Nieves y Diana como “apoyo logístico”. Las cuatro se adentrarán, entonces, en este lugar “non sancto”, donde son prácticamente acosadas por los clientes….¡Incluso luciendo sus hábitos!
Sin amilanarse ni un ápice, Esperanza se abrirá paso entre la multitud y encontrará a la madre de Lola. ¿Logrará su cometido de convencerla?
Esperanza asume la responsabilidad de buscar a la madre de Lola para que firme unos papeles referentes a la guarda de su hija. Y, junto a otras tres monjitas, recalará en un “bar de copas”, donde la mujer suele trabajar por las noches. Por supuesto, las Hermanitas atraerán la atención de todos los habitués del lugar.