Si hay algo cierto en nuestro universo, al menos tal y como lo percibimos, es que el tiempo pasa. Nuestros cuerpos se van deteriorando, nuestras células dejan de tener capacidad para dividirse, y entramos en lo que se denomina vejez.
En nuestros cromosomas tenemos un estupendo indicador de ese tiempo que pasa inexorablemente. Se llaman telómeros, protegen nuestro ADN y, con los años, a medida que las células se dividen, los telómeros se van acortando. No se puede luchar contra el tiempo, pero podemos hacer que la vida sea cada vez más larga y de mayor calidad. Entre otras cosas, con hábitos de vida saludables y, por supuesto, con la inestimable ayuda de la medicina y la farmacología.
Prepara el botiquín porque, en Órbita Laika, nos preguntamos “¿Qué me pasa, doctor?”
Si hay algo cierto en nuestro universo, al menos tal y como lo percibimos, es que el tiempo pasa. Nuestros cuerpos se van deteriorando, nuestras células dejan de tener capacidad para dividirse, y entramos en lo que se denomina vejez.
En nuestros cromosomas tenemos un estupendo indicador de ese tiempo que pasa inexorablemente. Se llaman telómeros, protegen nuestro ADN y, con los años, a medida que las células se dividen, los telómeros se van acortando. No se puede luchar contra el tiempo, pero podemos hacer que la vida sea cada vez más larga y de mayor calidad. Entre otras cosas, con hábitos de vida saludables y, por supuesto, con la inestimable ayuda de la medicina y la farmacología.
Prepara el botiquín porque, en Órbita Laika, nos preguntamos “¿Qué me pasa, doctor?”