María de todos los Ángeles es una tierna chica cansada de dar la prueba de amor por todos lados, no pierde la esperanza de encontrar al hombre de su vida. Una noche por revelación divina, sus ángeles de la guarda le anuncian la llegada de su ser amado, pero tendrá que realizar una serie de peripecias al seguir una las señales para que esto ocurra. Mientras tanto su vecina Doña Lucha con quien no tiene buena relación y que es madre de El Chino y Rosa Aurora, recibe la llegada de su hijo consentido Albertano quien se había ausentado para probar suerte en Estados Unidos. Albertano decide vivir solo en el cuarto de azotea ya que siente que el viaje lo ha hecho un hombre maduro e independiente, claro mientras que su madre le lave, le planche, le suba el desayuno y le prenda el boiler. María no encuentra las señales, pero en la noche mientras tiende tristemente su ropa en la azotea, descubre a Albertano quien le ayuda caballerosamente a tender sus sabanas, María ve en ello la señal que había estado esperando.