Después de las revelaciones de David, Fernando no puede evitar alegrarse del giro que están dando los acontecimientos pero la reaparición de los principales implicados hace que todo vuelva a la normalidad. Al banquero sólo le queda recordarle a Ana que sus sentimientos no han cambiado y esperar que se produzca el milagro. Sharon regresa del hospital a tiempo para compartir el gran día, pero los sobresaltos no han acabado. De vuelta a la casa, Fernando, que ha bebido más de la cuenta, descubre que todos los habitantes de la casa están viviendo una noche especialmente movida. Ana y David, por su parte, se llevan una sorpresa no precisamente agradable.