LOS ÁNGELES, ESTADOS UNIDOS. El músico más joven de toda la historia de la Filarmónica de LA se llama Robert Gupta. Es violinista. Y asegura que la música cura. Lanata encuentra al músico sanador en el Disney Concert Hall, donde por primera vez ejercitó su teoría con Nathaniel Ayers, un eximio contrabajista que un día sufrió un brote de esquizofrenia paranoica y terminó como homeless en las calles de Skid Row, el barrio que concentra una de las mayores poblaciones estables de homeless en los Estados Unidos. Lanata escucha la historia que le cuenta Gupta: cómo la cólera maníaca de Ayers se transforma en entendimiento y paz cuando tocan juntos. Steeve López, el periodista del Los Ángeles Times que descubrió a Ayers como homeless tocando en una plaza y que lo acercó a Gupta, la confirma. Lanata sale entonces al encuentro de esa escena. La descubre en un centro para enfermos mentales de Skid Row: Gupta y Ayers tocan juntos para él. "La música fue mi salvación, entiendo profundamente el poder curativo de la música", le dice a Lanata Zachary Dellinger, un violista que desde niño tuvo que lidiar con la locura de su madre y que ahora toca con Gupta para sanar enfermos mentales. En Boston, Suzanne Hanser, fundadora del Departamento de Musicoterapia del Berklee College of Music, le cuenta a Lanata otras experiencias sobre las propiedades curativas de la música. "La música es medicina y cordura", le dice Gupta a Lanata. ¿Será lo que salve al mundo?