NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS En el domo del Museo Americano de Historia Natural, en el Upper West Side de Manhattan, Lanata se encuentra con Carter Emmart, “el cartógrafo”. Emmart es el creador del primer Atlas 3D del Universo, un viaje al espacio a través de un millón de galaxias y más de 120.000 quasares, que comienza en el Himalaya y termina en el límite mismo de lo que podemos observar con los instrumentos más potentes disponibles en la actualidad: los ecos del Big Bang, a 13.700 millones de años luz de distancia. “Sirve para que todos nos demos cuenta, de una forma directa y visual, de lo insignificantemente pequeño que es nuestro mundo, incluso nuestra galaxia, si se compara con todo lo que hay ahí fuera”, le dice Emmart a Lanata. De la mano del cartógrafo, Lanata inicia un recorrido para tratar de entender de dónde venimos. Y hacia dónde vamos. En Nueva York, Lanata entrevista al astrofísico Ben Oppenheimer, también investigador del Museo Americano de Historia Natural; en Boston, a Charles Alcock, director del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, uno de los más importantes del mundo; y en Los Ángeles, a Robert Staehle, ingeniero aeronáutico del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. El ex astronauta Jeffrey Hoffman, uno de los mejores de todos los tiempos, con 1211 horas de vuelo acumuladas, le cuenta cómo es flotar en el espacio, qué se siente, cómo se ve nuestro planeta desde ahí arriba. Y por qué vale la pena salvarlo. “Ser capaces de ver nuestro contexto nos ayuda a entender quiénes somos –le dice Emmart a Lanata-. El Atlas 3D no es la solución a los problemas en el mundo, pero tal vez la inspire a las generaciones venideras a pensar en la humanidad y a timonear para mejor una situación que se nos fue de control”.