El Tribunal Supremo ha dado marcha atrás en una decisión sin precedentes. Por un solo voto de diferencia, no serán los bancos los que paguen el impuesto a las hipotecas, que correrá a cuenta de los clientes. Después de generar esperanzas en miles de hipotecados, el propio tribunal se ha corregido a sí mismo, provocando un escándalo inédito en sus dos siglos de historias. ¿Cuál es el motivo de este bandazo? Las arcas públicas se libran así de tener que devolver miles de millones y los bancos ganan la partida. ¿Qué habría pasado si el Supremo hubiera decidido lo contrario? Y, sobre todo, ¿qué va a pasar a partir de ahora? 'laSexta Columna' explica el escándalo que ha sacudido a una institución fundamental para el Estado. La crisis de confianza, la presión de los bancos, el malestar en la calle, la promesa de Pedro Sánchez de que el impuesto lo pagaría la banca… ¿Lo acabará pagando el cliente a través de sus comisiones?