En los primeros meses de 1911, Madero logra aglutinar a los distintos grupos armados que han conseguido derrotar al ejército de Díaz en importantes plazas, sobre todo al norte y oeste del país. Convoca entonces una reunión en Ciudad Juárez. Allí, por primera y única vez, la mayoría de los jefes revolucionarios están juntos, pero evidencian sus diferencias personales y sus motivos para luchar. Sólo un único interés los une: derrotar a Porfirio Díaz. El frágil equilibrio se rompe cuando Francisco Villa y Pascual Orozco desobedecen las órdenes de Madero y toman con éxito Ciudad Juárez. Esta batalla en una ciudad fronteriza, detona un intento de negociación por parte de Porfirio Díaz. Estos intentos culminan con la exigencia de la renuncia de Díaz, quien en una reflexión entre el riesgo de una invasión norteamericana, los saldos de su gobierno y su débil salud, deja el cargo y abandona el país.
En los primeros meses de 1911, Madero logra aglutinar a los distintos grupos armados que han conseguido derrotar al ejército de Díaz en importantes plazas, sobre todo al norte y oeste del país. Convoca entonces una reunión en Ciudad Juárez. Allí, por primera y única vez, la mayoría de los jefes revolucionarios están juntos, pero evidencian sus diferencias personales y sus motivos para luchar. Sólo un único interés los une: derrotar a Porfirio Díaz. El frágil equilibrio se rompe cuando Francisco Villa y Pascual Orozco desobedecen las órdenes de Madero y toman con éxito Ciudad Juárez. Esta batalla en una ciudad fronteriza, detona un intento de negociación por parte de Porfirio Díaz. Estos intentos culminan con la exigencia de la renuncia de Díaz, quien en una reflexión entre el riesgo de una invasión norteamericana, los saldos de su gobierno y su débil salud, deja el cargo y abandona el país.