El Tíbet, en una extensión de cinco kilómetros, es la zona más alta de la tierra, y al parecer está derrumbándose bajo su propio peso. El científico Bob Spicer, basándose en estudios sobre las plantas fósiles de la zona, dice que el futuro del Tíbet puede adivinarse en el Valle de la Muerte de California. Las montañas al parecer son rasgos efímeros de la superficie de la tierra en constante movimiento al ritmo de las placas tectónicas.